V (Cinco)

 Luna 


Por un segundo, me detuve en vos 

en tu luz interna que alumbra la pieza 

en vos y en tu ritmo cardiaco 

que sucumbe como un cajón peruano.

Por un segundo, en la habitación 

no hubo silencio, nuestros cuerpos 

se oían aullar bajo la luna, 

como un lobo llama a su manada 

vos me llamabas a mí, 

yo respondí salvaje: con inercia 

y también un llamado al mundo, 

un telegrama que dice y asegura 

haber saciado mi sed, 

bebido de tus jugos y tus penas 

embriagado del fulgor. 

Por un segundo, tu ritmo detuvo,

detuvo el sol al otro lado del planeta 

la noche se recostó en mi hombro 

y pude yo tener, a la luna 

durmiendo en mi pecho.

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