IX (Nueve)
¿Qué hay sino yo? del otro lado
hundido de los colchones,
bajo la cama juntando polvo
siendo olvidado, en ningún lado.
Un sufrir lento y paulatino
que sube evaporando mi mente,
humo de cigarrillo en la noche
el olor impregnado en mi.
Tu olor, el mío, el de un otro
que no conozco ni quiero.
El pasado vuelve con su hedor
con su podredumbre encarnada,
el dolor hecho carne, ojos, viseras.
Mi sangre, será la que bañe
de lágrimas los ojos de los otros.
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